viernes, mayo 12, 2006

ENTRE LETRAS Y SANGRE

Creo que escribir esta carta ha sido lo más difícil que he hecho nunca. Las letras se movían en el papel y me decían que me detuviera, una y otra vez: ¡Deja de escribir!
Se que fue mi error, y tu no quieres leer esto. Así son los sentimientos, se mueven a su antojo, y yo no puedo mantenerlos dentro, necesito más que nada en el mundo que esta carta llegue a ti, tengo que decirte que has sido, eres y serás siempre la persona de mi vida, aunque esto te duela si cabe, aún más que el dejarte sola, abandonada, temblando y con lágrimas bailando en tu suave cara.
Ahora quien derrama gotas saladas soy yo, apenas distingo entre el bien y el mal... Conduzco hacía tu casa, tu buzón es mi destino. Mi coche me lleva incansable hacía un lugar donde dejar mis sentimientos para que tu los recibas. Seguramente no servirá para consolar mis actos, pero en mi actual situación no hay otra cosa que me importe más... Eres la sangre que permite mi existencia... ¿Por qué la luna está pintada de rojo?

El olor a humo me marea... ¿Qué demonios es ese ruido? Mis articulaciones no me responden, quiero correr pero mis piernas se han dormido, no quieren caminar. Un extraño olor a quemado y sudor me va a hacer vomitar. Olor a chatarra, sentimiento de cristales rotos y este frío... estaba sudando y ahora se me congela el alma. Siento nauseas, me cuesta respirar ¿Por qué no se detiene ese ruido infernal? Es como si una sirena penetrara en mis oídos y me los perforara poco a poco... La mirada perdida... Naranja, azul, amarillo... los colores me rodean, giran a mi alrededor incesantes y no puedo centrarme en uno, y mis piernas no me dejan escapar... Angustia. Tristeza. Dolor. Me ahogo... ¿Quién ha sido el que ha manchado de rojo la luna?

Un liquido pegajoso y rojo me empapa de arriba abajo, me va a explotar la cabeza, tengo que medicarme estos dolores ¿Dónde se ha metido la sirena ahora? Ya me estaba acostumbrando, como si fuera un despertador que escuchas por la noche hasta que te duermes, había encontrado la fórmula para ignorar su tic tac para poder dormir... Y ahora sólo hay silencio, absoluto, melancólico, vacío y oscuridad infinita. ¿Qué está ocurriendo? Mi vida, ven a salvarme de este absurdo. Se que nunca me perdonarás, pero quiero que tengas esta carta para que sepas que siempre tuviste razón, que eras tú. Descubre mi pecado y lame mis heridas. Sácame de este infierno que me agota, que me quema desde que escapé del cielo de tus ojos.

Me elevo, vuelvo a escuchar la sirena, una y otra vez, repiqueteando en mis adentros, sirena de ruido, de conciencia...manchada de sangre... y mis ojos se entornan. Rostros desenfocados me observan, hablan e intento concentrarme para escuchar lo que dicen. Se mueven nerviosos, el suelo se mueve también. ¿Dónde estoy?. –Tiene una cartera, aquí está el DNI, localizar a sus familiares para contar lo ocurrido. También hay una carta, está manchada de sangre-. ¿Sangre? Pegajosa, líquida, roja... ¡Dios mío, no me lleves aún a tu lado!, ¿y mi carta? Tiene que llegar a su destino!!! Por favor, esto no es posible, me ahogo... Mi cabeza, no puedo soportar este dolor. No quiero morir todavía, devuélveme un suspiro para llevar a cabo mi misión, para concluir mi destino: su buzón, tras esto, todo me da igual.
–Ha vuelto en sí. Está perdiendo mucha sangre ¡Lucha! No te nos vayas, ya estamos llegando al hospital, sigue con nosotros-
¿Y quienes sois vosotros? No me responden los labios, tengo que decirles que te entreguen mi carta...Dejarme ver la luna y no esta oscuridad!

Un ruido intermitente que tamborileaba en mi interior ha pasado a ser lineal, siento como mi cuerpo salta con las descargas, pero mi corazón, tan lastimado, tan hasta hoy confundido, no responde. Convulsiones, y un último latido que se lleva tu nombre. No es justo, no te pares ahora que has encontrado la certeza de que le perteneces, que todos tus rincones son para su sonrisa, su mirada... para ella.
-Hora de la muerte, 21:46. ¿Para quién sería esta carta?...



Otro de mis relatos, dedicado a mi hermanita que se que me lee a menudo. A ver si me contestas a algún post un día!! Este es un poco negro y trágico, pero yo es que lo de escribir comedia como que no... Es una forma de expulsar mis miedos. Cuando escribo suelo ser pesimista y trágica. Prometo intentar escribir alguno con final feliz.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Así me gusta, que me animes las mañanas...jaja
No, en serio, es genial...fíjate, no sabía yo que escribías así, no escribes mal eh...jajajaja. ¿Cuál es tu profesión??

Anónimo dijo...

No lo he entendido. Creo que debes precisar, concretar, el texto es muy vaporoso, esconde sentimientos muy latentes, pero eso, lo escondes. Un saludo!

Anita dijo...

No intento que se claro, pretendo que sea caótico, como la situación. Muchas gracias por la crítica. Muchas veces soy demasiado caótica y no expreso todo lo que quiero decir, porque me bloqueo, pero en esta ocasión podría decirse que es a propósito. Otro saludo para ti. Espero seguir viéndote por aquí

Anita dijo...

Anónima!! Me alegro que te guste, a ver si publico algún relato más optimista para que tus mañanas sean divertidas y armoniosas, jeje. Nos vemos prontito, eh? Esta vez insistiremos nosotras hasta ue podais. Besitos

Anónimo dijo...

Sí, espero que publiques más relatos, da igual si son optimistas o no...
Nos vemos prontito sí. Besos para las dos.