lunes, noviembre 28, 2011

METAMORFOSIS


Miro atrás y no me siento orgullosa de lo que veo. Vislumbro oscuridad con pequeños claros de luz apenas existentes. Ahora dejo atrás eso, y resurgen nuevas sensaciones llenas de colores.
Sé que quiero que estés en este futuro que empiezo a labrar con cuidado desde lejos, pero aún no se de que manera. Sé que eres parte de esa luz, pero también lo eres de la oscuridad que abandono con brusquedad.
Me gustaría que la nueva Ana que nacerá del capullo en el que me he convertido esté a la altura y no te defraude más. De verdad quiero que volvamos a unir nuestros caminos, no sé de que manera, ni sé si será posible, pero quiero que estés, y quiero demostrarte que mi forma de querer también puede ser sana.
Parte de esta metamorfosis se lleva mi egoismo, pero sigo siendo yo y mis defectos. Tal vez más sonriente, tal vez con menos lágrimas que entristecían todo, pero con las mismas ganas de que me abraces.
Quiero hablar contigo de lo que ha hecho que de repente seamos medio extrañas, pero también quiero que seamos otras, mejores, con más y mejor vida.
Siento mis impulsos, siento haberte vuelto loca, siento que no haya sido lo que esperabas. Sólo te digo que todo, todo lo que hice, ebria, sobria, en mi casa, en tu casa, en nuestra pequeña burbuja de risas y buenos momentos ha sido real.
Nunca he tenido la capacidad de pararme a pensar. Soy un torbellino de actos y deseos. Pero lo que has sacado de mí es más bueno que malo. Y aunque estemos en un punto y aparte algo incómodo, sigo aquí. He cambiado, me he forzado a ello. No soy la persona que conociste en verano, ni la que te desquició en otoño. Soy otra, pero sigo siendo tu Anita, si tu quieres...

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