miércoles, enero 18, 2017

DISFRUTEMOS DE LA MIEL MIENTRAS PODAMOS



Hay una fábula oriental, que cuenta que hace muchos años, un viajero fue perseguido por una furiosa bestia en un descampado. Escapando de la bestia, él logro introducirse en una gruta; pero, tan pronto como se introdujo, vio en el fondo de la gruta un dragón que abría sus fauces para devorarlo. El muy desafortunado, había quedado en una posición intermedia en la que si subía seria devorado por la bestia que lo perseguía y si seguía cayendo seria devorado por el dragón, así que logró aferrarse a una rama que salía de una grieta y quedo colgado de ella. Sus manos fueron debilitándose cada vez mas, hasta que le pareció que pronto tendría que resignarse a la destrucción que le esperaba, lo mismo arriba que abajo, pero él siguió aferrado. Entonces, vio como dos ratones, negro el uno y blanco el otro, se daban a la tarea de pasar royendo una y otra vez la raíz de la rama de la que él colgaba. Pronto la raíz se desprendería y él caería dentro de las fauces del dragón. El viajero se percató de su desesperada situación y supo que perecería inevitablemente. Pero, mientras seguía colgado logró otear unas gotas de miel en las hojas de la rama, las alcanzo con la lengua y las lamió.
Lev Tolstói

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