
Y me vuelvo a meter dentro de mi, y reconsidero aquellas cosas que me han dicho, pensando en que la importancia de lo dicho no depende de la persona que lo dice, si no de los oídos del que lo escucha, lo medita y lo interpreta.
Y tras salir de mi y volver a entrar, creo que, cómo suele pasarme tan a menudo, no he sacado nada en claro. Y volveré a lanzar dagas por mi boca pensando que no estan afiladas, que no hacen daño, y no será así. Y vólvere a enviar flores por mi boca, que se marchitarán en recuerdos ajenos, o que florecerán en tímpanos, con agua, fertilizante y mucha, mucha luz.
3 comentarios:
Yo te imagino tan guapa por dentro como por fuera.
Anonimo 1, no lo imagines, porque lo es. Preciosa por fuera y preciosa por dentro.
Anónimo 2: y preciosa por arriba, por abajo y en el rodeo.
Bien que hayas vuelto a las andadas con el blog Anita... besos
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