Cuando dejas la nicotina, a las dos semanas empiezas a sentirte mejor físicamente, recuperas sentidos que habías perdido... Empiezas a hacer vida saludable, a sentir que el tiempo y el dinero que ocupaba el tabaco lo estás utilizando para ti, y eso es fantástico... pero echas de menos fumar. Lo piensas a todas horas, añoras el humo. Extrañas determinados momentos en los que los cigarros te hacían feliz. y vuelves a fumar. Y otra vez a empezar...
Eso es lo que me ocurre en mi presente. Me siento mejor, no me quisiste bien, eras un vicio. Pero echo de menos tu nicotina. Tanto que a veces sueño con inhalarte. Pero de alguna manera en este campo tan emocional, me contengo y me siento regular al hacerlo, pero lo hago.
Dejar de fumar de manera literal, eso ya es otra historia.