lunes, mayo 03, 2010

LA COLECCIONISTA


Exteriormente:

Coleccionista de besos, de belleza, de cuerpos, de sensaciones, de sonrisas.

Internamente:

Coleccionista de rencor, de rabia que se agarra al estómago como una tenaza, de sueños incumplidos, de deseos no pedidos, de inseguridades que me dejan sin aliento.

Finalmente:

Coleccionista de nada…

DIOSAS Y DEMONIOS


En la oscuridad de una habitación se enciende una vela y permite descubrir dos cuerpos desnudos entrelazados, encajando en las caderas, moviendo las piernas como serpientes, apretando los pechos e intercambiando los cuellos, girados uno en torno al otro como una espiral de desenfreno... Y una mano agita el pelo, la otra presiona la espalda.... Un olor a cereales invade el ambiente, emponzoñando a las dos protagonistas de deseo. Y así vierten sus miedos que caen a chorros por los lados de la cama, y abren sus pechos para que entren las sensaciones que los temores amordazan, y durante unas horas esa bella pareja de cuerpos desnudos se muestra libre, para soñar, imaginar, transportarse fuera de su materia entre susurros y risas. Y así, aunque sea por un instante, el lado izquierdo de la cama se ve salvada de la tormenta que azota su existencia. La concubina detractora de su vida, une el sendero de su tristeza con las sonrisas de la Diosa, calmando el desasosiego que convierte en maldita su alma dañada.